sábado, 5 de abril de 2008

Racionalidad versus todo lo demás.

Muchas veces me he encontrado frente a situaciones en donde me parece muy claro las cosas que hay que hacer y que hay que decir, pero con mucha fuerza dentro de mi siento algo que me lleva a hacer todo lo contrario.

El párrafo anterior ilustra perfectamente un conflicto entre dos partes de mi ser que por estos días se ha estado agudizando. Cada día que pasa me convenzo de que los caminos por los que voy transitando son los correctos, los sensatos y aparentemente los más sanos, pero aun parecen ser rutas muy inestables. Frente a ciertos acontecimientos reaparece este conflicto entre lo que te dice la mente y lo que tu estómago siente.

Creo que cada día estoy mejorando esta conexión mente-estómago. Sin embargo hoy tuve un retroceso, porque a pesar de que sabía cuál era el buen camino, no lo sentí así y por ende no lo seguí. Hay destinos que muchas veces son inevitables, pero por alguna razón uno se aferra a posibilidades tan extremas y absurdas, que lo único que se consigue es aumentar los grados de angustia y desesperación. Tengo tantas buenas razones para seguir a la razón, pero simplemente no puedo.

Al parecer, no soy tan racional como creía, y por alguna razón me gusta que sea así.


Canción recomendada:
Que le voy a hacer… mi mente rockera me dice que no la recomiende, pero mi estómago complicado me dice otra cosa: Que lloro, de Sin Bandera.

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