sábado, 7 de julio de 2007

Cata de vinos

Alguna vez Don Miguel Brascó, un gozador de la vida argentino, en un programa que tenía sobre vinos, dio la mejor recomendación para aprender a degustar estos brebajes: anotar en una libreta la impresión que le dejó el vino, y con que comida lo acompañó.

Yo como soy más moderno, pretendo dejar mi impresión en mi blog, ya que de esta manera siempre podré recordad mis propios comentarios en cualquier lugar.

Inauguramos esta sección con un Cabernet Sauvignon Reserva de la viña Undurraga, año 2005.

La etiqueta dice que acompaña los más selectos platos. Yo lo acompañé con porotos con longanizas. Para mi, este plato tiene un sabor único, y con las longanizas de Don Sergio Fulgieri que són únicas, creo que mejor paro de hablar.

Dado que hace un poco de frío, tuve el vino frente a la estufa para no tomarlo tan helado. Cuando lo abrí y lo serví, comenzaron las desepciones.

1.- Dice tener un aroma elegante y complejo. No se yo, pero aroma como que no le sentí mucho. He tomado otros vinos con aromas mucho más intensos, como el Carmenere Reserva de Misiones de Rengo o el Cabernet Sauvignon Castillo de Molina de viña San Pedro.

2.- ¿Cuerpo? Definitivamente no tiene. Parece agua. Y tampoco tiene esa astringencia característica del Cabernet Sauvignon

No acompañó mal a los porotos con longanizas, y el sabor no fue disonante con esta comida.

Si tiene un final largo, así que tan malo el vino no es.

En la tarde lo probé un poco más frío, y algo más de aroma sentí, pero todavía estaba al debe en ese departamento.

Nota: 4,5

Ciudad gótica puede descansar…

Las historietas cuentan que mientras Bruce Wayne ocupe el disfraz del murciélago, una ciudad entera puede dormir tranquila.

Fuera del ficticio mundo de los comics, podemos encontrar una serie de Bruce Wayne que cumplen labores similares, a pesar de que no llevan una doble vida, y tampoco pasan noches en vela ni menos arrasan con criminales disfrazados.

De ahora en adelante, “Bruce Wayne” será un adjetivo y no un sustantivo, y se aplicará a todas esas cosas o personas que nos cuidan y resguardan silenciosamente. Por ejemplo, los jueces de la reforma procesal penal no son Bruce Wayne, pero si los Carabineros (niña inocente, duerme tranquila).

Hoy me quedé hasta las 18:30 en el container donde estoy trabajando, esperando un fax con unas 23 facturas (adrenalina pura). Salí oscuro de la obra, y casi me descresto en una canaleta. En ese momento, me puse a pensar ñoñamente en la subestación, y en quienes la diseñaron y construyeron.

Estos ingenieros y trabajadores Bruce Wayne permitieron que todos nosotros podamos hacer un sin fin de actividades con mucha tranquilidad, como chatear, salir a carretear o simplemente vegetar viendo tele.

A pesar de que he estudiado electromagnetismo, y que lo he vuelto a estudiar en el último tiempo, aun no me compro completamente el cuento acerca de corrientes y voltajes que hace posible que nuestra sociedad se desarrolle tal como lo hace hoy en día ¿O ud. tiene alguna explicación que lo deja tranquilo de por qué se mueve un ventilador cuando este se enchufa?

Hemos llegado a un punto de la historia de la humanidad en el cual la sola idea de no contar con electricidad es sencillamente aterradora, ¿o Ud. sería capaz de pasar una semana sin luz eléctrica, teléfono, Tv e Internet?

Una subestación en esta zona del país (ver el posteo anterior) es un lugar en donde los sonidos de un inductor y del efecto corona se oyen con claridad, los cuales acompañan a un par de serenos y técnicos listos para actuar en caso de que un centenar de protecciones automáticas fallen.

Hoy disfruté de esos sumbidos, un poco menos fuerte que los que gustaba oír Nicola Tesla (el mismo de la película “El Gran Truco”), los cuales se hacían sentir a millas de distancia. Les dejo una foto, que para la mayoría podrá ser la imagen de un montón de fierros y equipos sin gracia, sin embargo, yo creo que son Bruce Wayne.



Canción recomendada

Pensé en una canción que me gustaría escuchar en un lugar como el que les muestro en la foto…en la soledad de la noche, con un gorro y una chaqueta abrochada hasta arriba, caminando por una larga calle con objetos indistinguibles que se repiten a lo largo del trayecto.

Balada del diablo y la muerte, de la Renga.