martes, 15 de enero de 2008

Turbineando ando, Berlin... wait for me!!

Si alguien entra a mi viejo blog (medinalaturbina.blogspot.com), podrá ver un mural de lamentos y desesperación en torno a mi trabajo de tesis, el cual finalmente fue coronado con un examen de grado perfecto. No es que quiera ser soberbio, pero trabajé tan duro para que ese día fuese así, que me nace muy del alma contarles esto a todos lo que pasan por aquí (me salió verso sin mayor esfuerzo)

Después de eso, quedaba otra etapa, la que consistía en publicar este trabajo. Tal como fue el proceso de mi tesis, esta etapa no estuvo exenta de problemas, a tal término que rechazaron mi trabajo en una revista ASME. Pero, junto con mis profesores, seguimos porfiando y trabajando para ahora enviar este trabajo a un congreso ASME que se realizará en Berlín este año.

Como consecuencia de esta porfía, hoy recibí un correo que dice algo así como:

"The draft you have submitted to Turbo Expo 2008 has received favorable reviews"

Si bien hay que hacerle algunas modificaciones antes de enviar la versión final, estoy muy contento, ya que por fin podré asistir a uno de estos congresos de especialistas. Si hay algo que me gusta de la ASME, es que los gallos son cargaditos al fierro, evitando viajar por “los espacios de los espacios”.

Así que Medina la turbina vuelve, y ahora para irse a Alemania. Este verano no tendré vacaciones, pero justo las tendré para la época del congreso.

Tal como me dijo Tomas Gronstedt en un correo:

“I am looking forward to seeing you in Berlin”
¡Por la mierda que estoy feliz!


Canción recomendada:

La más sicótica de todas, la más perturbadora. Del austriaco Falco, "Jeanny"

Jeanny!! Quit living on dreams, Jeanny, life it’s not what it seems
Such a lonely preatty girl in a cold cold world, there’s someone who needs you

domingo, 6 de enero de 2008

Adolescencia en pausa

Según una amiga de mi hermana vinculada al área de la salud, uno es adolescente hasta los 29 años, pero por alguna razón nosotros, la gran masa de ignorantes, pensamos que esto se acaba mágicamente a los 18. Por el resto de este posteo, propongo seguir en la ignorancia.

En Angol viví mi adolescencia, la cual creo que fue bastante común: fui al liceo, hice mis “pitutitos” para ganarme unos pesares que me permitieron ser algo independiente en cuanto a gastos superfluos, hice mi preuniversitario y después me fui a Santiago.

También comencé a tener mis primeras aventuras amorosas, de esas que carecen de sentido y muchas veces de profundidad emocional: se te cruzó por la mente que X niña te gustaba y a partir de ese momento comenzaba una etapa de idealización de aquel ser, que muchas veces distaba bastante de la realidad.

Recuerdo que mi padre alguna vez me dijo que él religiosamente se paraba a una cierta distancia de la casa de una niña, y que cuando esta corría la cortina para ver al pelota que gentilmente la acosaba, se sentía pagado y feliz. Tal vez a nosotros nos tocó una época con teléfono e Internet, por lo que el corrimiento de esa cortina es ahora equivalente a la apertura de una ventana de Messenger,

Si bien todo lo anterior da para hacer un análisis de cómo la tecnología a penetrado en estas conductas de los adolescentes, quisiera recordar aquellas tardes en que más de una vez pasaba en bicicleta por frente a la casa de una niña, con la simple idea de que supiera que existiera, muy parecida a la estoica guardia que mi padre montaba. Fueron varios kilómetros los que recorrí por Angol, y eso me llevó a verlo de distintos puntos y cómo estaba inserto en medio de árboles verdes y frondosos, y a veces tuve algo de fortuna con estas niñas.

Este fin de semana estuve de nuevo en Angol, y en mi último paseo en bicicleta volví a sentir esta sensación pendeja de querer hacerme notar frente a una niña, pero esta vez fue diferente, porque ahora estaba plenamente conciente de lo estúpido que esto es, pero, poder volver a sentirse pendejo, en estas mismas calles, viendo aquellos árboles verdes y frondosos, fue tranquilizador, y me produjo un gozo tal que me motivò a escribir estas lineas.

Angol, para mi, será mi infancia y mi adolescencia, la cual aparentemente se pausó por ya casi 10 años. Hoy le di un poquito de play al casette, y sonó maravilloso.


Canción recomendada:
Hay una canción que me transporta a mi adolescencia: In the air tonigth de Phil Collins… aun siento el frío de algunas noches de verano mientras escuchaba esta canción.