viernes, 22 de febrero de 2008

La defensa

Alguna vez en mi vida pasé por la consulta de una psicóloga, y le comenté si la vida fuese como el ajedrez, siempre jugaría con negras, porque antes de iniciar un movimiento siempre necesitaba ver primero como actuaba mi contraparte antes de hacer algo yo.

En la guerra, la defensa puede llegar a ser todo un arte, tal vez no tanto como las retiradas, pero para que estas tácticas funcionen siempre tiene que estar el carácter más o menos ofensivo detrás de estas acciones. Esto se puede traducir en aparentar ser pasivo, dejar que tu enemigo entre en el lugar que tú defiendes con el único propósito de llevarlo a un lugar o situación que tú manejes a la perfección, para posteriormente montar un ataque medianamente cómodo. En el ajedrez, grandes maestros fuerzan a su contrincante a una configuración de piezas en el tablero que ellos han estudiado con tal detalle que les permite una victoria casi segura.

Mi visión de la vida ha cambiado, y ahora jugar con negras tiene otro sentido, porque entiendo la defensa de otra manera: la defensa es una táctica para alcanzar la victoria y no para aplazar la derrota.

Canción recomendada:
Que me le caiga el carné: Les dejaré una basura muy buena de los ochenta: Loverboy de Billy Ocean