lunes, 22 de octubre de 2007

Reflexiones calculadas

Alguna vez usé una cita del libro “El Arte de la guerra” para un trabajo sobre Honeypots que hice en la U. En este libro, un general chino explicaba que si uno conociese muy bien a su enemigo, ni en mil años perdería.

Me he dado cuenta que muchas veces mi peor enemigo soy yo mismo: me torpedeo todo el tiempo mis propias ideas, encontrándole la quinta pata al gato, dejando como resultado la no realización de cosas simples. Más terrible es cuando algo que se debe hacer de una manera tan simple, merece mi duda, terminando con una solución sobredimensionada y ridícula. Como diría un destacado profesor: “es matar a una hormiga con un cañón de artillería”

La indecisión, al parecer, puede ser el corolario de la mucha racionalización de las cosas. También puede ser simple cobardía, de aquella irracional, incluso neurológica. Si la ignorancia es osada, ¿los valientes son estúpidos? Si los héroes no son estúpidos, entonces debieron ser un ejemplo de personas para sobreponerse al miedo humano de perder su vida por decisión propia.

Hoy traté de encontrar a un enemigo real, y traté de conocerlo, pero estaba buscando mal. Su cara no aparecía en los diarios ni en las puertas de los supermercados. Realizando está búsqueda me di cuenta que el enemigo que buscaba no era otro más que yo.

Dicen que Bobby Fisher, el único campeón estadounidense de ajedrez, disfrutaba jugar consigo mismo. Nunca pudo derrotarse.

Perdí. Con nombre y apellido. Hace tiempo que perdí. Y perdí conmigo mismo.

Todo indica que debo conocerme mejor, y así ni en mil años perderé.



Canción recomendada:

Alguna vez la recomendé, pero ahora sólo puedo pensar en ella: My friend of misery, de Metallica. Si alguien insiste que el peso del mundo debe estar sobre sus hombros, bienvenido al club. Le garantizo que jamás se va a decepcionar.

jueves, 18 de octubre de 2007

Navegando ando

Complicado, duro, y a veces absurdo se me ha vuelto el día a día. Es un día a día que absorbe la mejor de mis energías y las lleva hacia un derrotero algo oscuro.

Por otro lado, siempre mi optimismo, oculto para muchos, brillante para mi, me da golpes de timón en medio de este mar con vientos cruzados y feroces, evitando que me vaya hacia un gran abismo. El norte magnético pareciera ser dinámico, por lo que contar con una brújula con un gran norte dibujado no me hace un mejor navegante. Quizás lo que necesito es un astrolabio, para dejarme llevar por una señalética estelar.

Hoy soy maestro, y ayer era grumete, a pesar que muchas veces me siento más cabro chico que nunca. Quiero seguir aprendiendo, de las nuevas ciencias y de aquellas tan comunes que pasaron desapercibidas por mi. Lo deseo con ganas, con todas mis energías, e incluso con aquellas que ahora no tengo, pero no me cabe la menor duda que puedo contar con ellas cuando estas sean requeridas.

Un pequeño iceberg se derrite frente a mis ojos, pero me gusta que sea así. Bebo del mar que lo rodea y me recuerda muchas cosas, y a la vez me relaja. Lo huelo, y reviso la cartografía de la ruta que mañana seguiré. Para muchos navegantes es compleja, pero por suerte para mi sólo consume tiempo. Es el resultado de muchas millas recorridas. Nuevos navegantes pasarán mañana por ella, y muchos de ellos tal vez se ahoguen, a pesar de nunca quise que esto fuese así. Tal vez hace años atrás lo deseaba, cuando pensaba que el nadar consistía en boyar mientras el resto se ahogaba.

No se perder, a pesar de que no tengo mayores complicaciones en reconocer la derrota. Tal vez por esto en mares bravos navego a la perfección, pero a veces la vida del puerto se me complica, y también me agobia. Si tan sólo en el muelle corriese una pequeña brisa de altamar, todo sería distinto.

Ya no hay viento, y el mar está en calma. Mi coy me espera, y los párpados me pesan. Cual Miguel Grau, tengo una brújula en el techo, y si el norte está correcto, mañana navegaré como me gusta, con desafíos, y con una gran sonrisa mientras el viento trata de sacarme de cubierta.


Canción recomendada:


Una canción elegante, de Christopher Cross, Sailing

lunes, 1 de octubre de 2007

Mi primera vez

Querido diario:

Quiero contarte sólo a tí acerca de mi primera vez... que diseñé una subestación.

Después de lavar mi ropa, ordenar un poco mi depto, avanzar en la investiagación de la sintonización de PSS, estoy en condiciones de contarles de una visita a terreno que hice hoy, lo cual haré disfrutando de un rico trago que encontré por casualidad: el vodka piña (me equivoqué de cajita en el super y en vez de traer naranja traje piña)
Cuando llegué a trabajar a Ingendesa, mi primera tarea fue comenzar el diseño de la subestación Nogales. Para esto, debía aprender un poquito de Autocad y de cómo diablos se hace una subestación de configuración interruptor y medio y de cómo diablos se ubican los equipos.




De entradita, me pasaron un monito en Google Earth como el de la figura y un par de rayas y me dijeron: estas rayas tienes que convertirlas en la subestación. Ahí comenzó mi aventura. Para aclarar, el terreno que me dieron fue el que está comprendido entre las lineas rojas y entre los canales y árboles que más abajo se pueden apreciar.

Así pasaban los días y yo aprendía un poquito más de Autocad y de coordinación de aislaciones, que en lenguaje del profesor Salomón, es eso que sirve para separar los equipos para que no se hagan mierda, y que para don Sicilio camine tranquilo por debajo de los equipos sin que un un rayo lo haga pedazos cuando levante los brazos y grite: "Si si, si si"

Junto a esto, comencé a aprender a dibijar en 3d, lo cual me resultó tremendamente útil a la hora de verificar las distancias mínimas entre equipos y para tener todas las vistas posibles que alguien me pudiera pedir. Tanto me gustó esto que ya me acostumbré a trabajar en 3d y mi otro proyecto, Lagunillas, también lo estoy haciendo en 3d.

Aparte de diseñar la Subestación, también proyecté una casa de servicios generales, en donde se alojan equipos de comunicaciones, control, vigilancia, banco de baterías y generadores diesel para casos de emergencia, y unas "casetas" que contienen otros equipos locos.

So far so good, pero los problemas comienzan cuando se tiene que lidiar con otros aspectos.

Si miran la foto de Google Earth, verán que el terreno está dividido en tres partes, y con este software es algo dificil qué lo divide. Para medir y describir el terreno, mandamos a un topógrafo y nos dijo que el predio central, al norte, está limitado por un canal y que además lo atraviesa en diagonal una acequia. Todo lo anterior significa que yo debo ser capaz de meter todo el enjambre de cosas en el predio central sin pasarme de los canales. Lo que pasa queridos contertulios, es que a pesar de que el canal pasa por el terreno de uno, si lo queremos mover tenemos que pedir permiso a la asociación de canalistas del lugar, quienes se juntan como tres veces en el año y que además son más complicados que la cresta, lo cual nos retrasaría mucho.

El canal superior no era mayor problema, pero la acequia en diagonal me complicaba, así que de tanto hinchar partimos a ver el terreno... y aquí comienza lo bueno.

Nogales es un pueblito que queda a 9 kilómetros de La Calera, en la V región, aproximadamente a 1 hora y media de Santiago. Es puro campo y muy tranquilo, y me recordó mucho a mi Angol querido.
Llegando a la parte norte del terreno (Punto 1), este fue nuestro anfitrión:






Me bajé del auto, y fui directo al condenado canal, a ese mismo que me dio tantos problemas y que me hizo dibujar todo este cuento varias veces. Pero mi decepción fue tremenda cuando lo vi. En esta foto, tomada desde el Punto 2, se puede ver que está en muy mal estado, y si bien tiene agua, más bien está estancada.










Siguiendo en la busca de mis problemas, fui a ver la famosa acequia, la que según los tipos de hidráulica, tampoco podíamos tocar. La foto habla por si sola, y fue tomada desde el Punto 3. La acequia es parte del pasado.
Si se fijan en este foto, se ve que hay sombra, y si miran la foto de Google Earth verán un punto negro al lado del punto 3, el cual corresponde a este arbolito que tristemente tendrá que desaparecer.



Despupes de ver que la acequia no era tal, se decidió mantener la frontera norte de la obra en el canal, y hacer desaparecer la pseudo-acequia. De esta manera, mis problemas y los de la gente de líneas de transmisión, disminuían considerablemente.

En general, el terreno es plano y arcilloso, pero aparentemente las vacas lo disfrutan, como podrán apreciar en la siguiente foto.










En el resto de la visita, se tomaron puntos GPS de la ubicación de dos torres de alta tensión, de los vértices del terreno y se decidió que el acceso de la subestación estaría por el lado sur-oeste (Punto 6), y no por donde entramos esta vez, donde nos recibió el caballo. Para ir a ver el acceso, cruzamos por un improvisado puente (Punto 4), y en una foto se puede ver a un colega cruzando un canal.







En este acceso, que es el más cercano al camino principal del sector, hay una construcción que permite que el canal siga su curso en dirección sur por debajo del camino, la cual mereció ser fotografiada (Punto 6):






Si alguién quedó preocupado por el arbolito que será cortado, le cuento que tan vaca no somos. En el Punto 5 se puede apreciar otra marca, y corresponde al espino de la fotografía, especie que pro ley no se puede cortar (aunque demás que se puede cortar y pasaría piola, pero no es nuestra intensión.









Finalmente, les dejo lo que es mi visión de la subestación Nogales, mi primer proyecto, el cual se construirá de la nada en medio de este potrero con olor a caca de caballo. Dios me de vida para ir a verlo y poder decir que alguna vez tuve una idea, y que esta se construyó.



Canción Recomendada:

Dado todas las cosas que tengo que hacer, no tengo tiempo para hacer lo que describe Billy Idol en su tema "Dancing with myself", el cual recomiendo en esta oportunidad (el que sabe, sabe)