miércoles, 26 de marzo de 2008

Transmisión genética de la estupidez

Un hecho: me emputece cuando la gente me pide fuego, y no por el hecho de que yo no fumo, sino por el hecho de no tener fuego.

Este simple hecho podría mostrar cuán estúpido puedo llegar a ser porque el darle fuego a alguien me hacer sentir particularmente útil y bien…

Yo guardaba esto con cierta vergüenza dentro de mi, pero un día tuve una conversación con mi abuelo materno que jamás en la vida se me olvidará. Este caballero, a quien yo amorosamente llamaba “Tata güeón” cuando tenía 3 o 4 años, y a quien le debo más que la cresta por ser hoy como soy (y por sobre todo bien idiota), me contó que cuando era joven, entre los 23 y 30 años, él iba a vender carbón desde su casa en el campo a la ciudad de Victoria (IX Región) y que siempre se levantaba temprano en las mañanas para ir con su yunta de bueyes a vender el carbón que su familia hacía.

So far, so good, pero este caballero me contó que a él le gustaba andar con harto sencillo, porque le gustaba cambiarle dinero a la gente ¡Miren la idiotez! Dice que si alguien le pedía cambio a otro en Victoria, le respondían, “pero pídale a Don Héctor que le cambie”, por lo que era famoso por esto. Esto claramente es muy idiota, pero el grado de idiotez aumenta si se toma en cuenta que mi tata iba al banco a cambiar billetes para siempre tener, porque , en palabras textuales de él, “me sentía bien”

Si Ud. querido lector tiene un poquitito de agudeza, podría concluir tal vez que la idiotez se traspasa desde la madre al hijo y que se salta una generación, y en una de esas tal vez sólo afecta a los hombres, ya que el sencillo de mi tata y mi encendedor son la muestra de lo que acabo de escribir.


Como nota al margen les puedo contar que mi tatita y mi abuela fueron paparazzeados por la prensa angolina mientras descansaban. Acá les dejo parte de la hoja del diario


Que puedo decir de mi tata… tantas cosas que me tomaría mucho tiempo escribirlas. Sólo les dejaré una canción que no sé si es de su autoría, pero lo retrata perfectamente:

De las aves que vuelan me gusta el chancho,
Por lo cabezoncito y porque vuela tanto.

Este post está dedicado a un hombre que me enseñó a ser hombre, que dice haber matado veinte pájaros con un solo tiro, y quien me dijo que “El hombre debe saber de todo”. 86 años y “firme de todas partes” como él dice, cree que su buen estado de salud se debe al litro diario de vino que tomaba, dosificado en 4 cañas durante el día.

Aguante Héctor Cofré Salazar


Canción recomendada:
Ayer la escuché y me trajo recuerdos de hace un par de años. “Wasting my time”, de Default.

lunes, 24 de marzo de 2008

Lost in Translation

Hoy vi una película que creo que se incorporará a mi lista, y no es precisamente un estreno. Se trata de “Lost in Translation”, que fatídicamente se tradujo en español como “Perdidos en Tokyo”. Sofía Coppola me imagino que un domingo le dijo a su papito, ¿me produces la peli? y este todo chocho aceptó. Esto sin embargo no le quita méritos a la Chofi ya que tanto las tomas como el guión muestran algo distinto a lo que habitualmente se ve y de gran calidad (que sea distinto no asegura calidad)
La cosa es que la Chofi puso a dos personas de mundos diferentes a pasar un rato juntos en donde todo les podía resultar ajeno, y si a eso le sumamos un poco de mierda en sus vidas personales, era inevitable que estos dos personajes (encarnados por Bill Murray y Scarlett Johansson=rica y sexy) algo terminarían sintiendo el uno por el otro, al punto de sentir celos a pesar de no tener una relación formal.
Bonita película, y provocativa. Me alteraba el hecho de ver que estos dos extraños lograron una conexión tal en la cual las palabras no eran tan necesarias, y que al final se dieron compañía con fecha de vencimiento.
Con un final pal hoyo, pero emotivamente bueno, definitivamente la recomiendo para aquellas personas que no quieran ver un cine de gran velocidad, en la cual cada toma parece ser cuidadosamente escogida.

Canción recomendada:

Definitivamente el tema de “The Pretenders “ titulado “Brass in pockets”. Acá les dejo el videíto de Youtube en donde Charlotte lo canta en un karaoke de Tokio

sábado, 8 de marzo de 2008

Madrugada del viernes

Cierto placer causa ser críptico. Tu gente cerca, y a la vez distante. Los veo, los pienso, pero a las vez no los siento.

Tengo esa sensación que me engarrota por completo, que me hace apretar los dientes y que me frunce el ceño, lo cual pudiese parecer insano, pero me reconforta, me hace sentir yo.

Música estridente, música de antes, mi música de pubertad suena a pocos metros de todos, y mil sensaciones vivo, y mil quinientas quisiera tener. Baterías marcadas y precisas, letras furiosas y cantos desgarradores.

Hoy me dijeron que pensaron en mí, y también pensé de vuelta. ¡Qué alegría saberlo y hacerlo saber! Así que te propongo que nos tomemos un trago a la distancia, y riamos como aquella vez que nos llamamos ebrios, y disfrutemos del alcohol y de sus efectos anestésicos.



Alcohol y yo

Alcohol y derrota,
Alcohol y desamor,
Alcohol y rabia,
Alcohol e impotencia.

Alcohol y cuestionamientos,
Alcohol y yo,
Alcohol sin respuestas,
Alcohol sin ti.


¡Salud! y a la mierda todo


Canción recomendada:

¿Hay algo mejor que una balada rock? Por supuesto: dos baladas rock
-Still loving you, Scorpions
-Alone Again, Dokken